DFinición

El 5 de diciembre hubo cambio de estafeta en la Ciudad de México. A través de twitter, con una carta a la ciudadanía y una gira del adiós, Marcelo Ebrard se despidió de los capitalinos.

Después de varios intentos fallidos, los habitantes del Distrito Federal pudimos tener un Jefe de Gobierno que concluyera el periodo para el que fue electo, aún y cuando esto fue resultado de una candidatura frustrada, al menos, por el momento.

El 2012 se despide de los mexicanos como un viajero que se marcha con nostalgia. El nuevo año llega aparentemente sin mucho estruendo, pero trae en las maletas expectativas y oferta de cambios, de oportunidades y de un futuro promisorio. En México remplazaremos el calendario y el partido en el gobierno será distinto al que encabezó los trabajos de la Administración Pública Federal durante los últimos doce años.

El gobierno de cualquier país tiene la necesidad de recabar recursos para operar y cumplir con su función. Los antiguos gobiernos en sus diferentes formas crearon los que hoy conocemos como impuestos, recursos que los ciudadanos pagan por los bienes y servicios públicos.

En la presente administración, el gobierno federal trabajó haciendo frente a los retos del país y a los que se presentaron por la coyuntura internacional. Los avances en materia de salud, educación, buen gobierno y seguridad son evidentes y aun cuando queda camino por recorrer, se entregan buenas cuentas.