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¿Y ahora quién podrá ayudarnos?

NO ES NECESARIO HACER COSAS EXTRAORDINARIAS
PARA CONSEGUIR RESULTADOS EXTRAORDINARIOS.

Warren Edward Buffett

Me pregunto si los antiguos griegos comprenderían la democracia que vivimos actualmente en México.

El 2015 es año de elecciones en todos los Estados a fin de renovar a los 500 diputados al Congreso de la Unión, además en 17 de estas entidades de la república (incluido el Distrito Federal, en cuanto diputados a la Asamblea Legislativa y Jefes Delegacionales) se elegirán diversos órganos legislativos estatales, autoridades municipales e incluso en algunos Estados a los gobernadores.

Por tanto los partidos políticos están preparando a sus candidatos, campañas, plataformas, propuestas y estrategias para obtener el triunfo en las urnas. La competencia podría ser aún más reñida en algunos casos si se suman candidatos independientes.

Como sabemos en México se ejerce una democracia incipiente, llena de defectos, más tropiezos que aciertos. El camino de la democracia es así, sinuoso, lleno de acantilados y precipicios, no es plano y en la mayoría de las ocasiones hay que andar cuesta arriba.

Una prueba fehaciente de los defectos de nuestra democracia y en particular del sistema electoral son los llamados “chapulines”. Los “chapulines” son los funcionarios que fueron elegidos mediante el voto para cargos y responsabilidades públicas. Estos candidatos, durante las respectivas campañas, asumen el compromiso de cumplir con creces la encomienda. Sin embargo, llegado el año de elecciones, como es el caso de 2015, estos funcionarios estrictamente obedenciendo a una decisión personal, optan por continuar su carrera política registrándose como candidatos o precandidatos para otro puesto de elección popular por lo que piden licencia para separarse de sus puestos en atención de la obligación de ley que ordena a los servidores públicos a separarse de su cargo con antelación al inicio de campañas a fin de evitar que se aprovechen de los recursos y estructura de sus puestos.

Lo anterior provoca una cantidad desproporcionada de funcionarios de los congresos federales y locales, municipios y delegaciones que brincan en pos de un nuevo objetivo de elección popular provocando una falta de continuidad en el respectivo servicio público.

Una posibilidad de solución sería que al igual que en otros países los funcionarios que compiten en las elecciones permanezcan en sus cargos hasta terminar el periodo para el que fueron elegidos. Esto funciona en esos países porque el marco electoral no parte de la desconfianza y no se aprovechan de la estructura ni recursos de sus puestos. Un caso muy visible es el del Presidente de los Estados Unidos de América que sigue en el desempeño de la presidencia aunque nuevamente sea candidato a la misma.

En el caso particular de México, contrario a lo que acontece en esos países, fundado o no, partimos de la base de la desconfianza por lo cual esta medida entorpecería el desarrollo de la elección, se prestaría a suspicacias e incluso a probables abusos en los manejos del puesto y recursos, por lo cual considero que no es viable.

Les pregunto, ¿ustedes contratarían a un plomero o carpintero para su casa que les advierte que dejará sin concluir la obra que se le encargará ?

Los candidatos deberían precisar claramente si de antemano se comprometen a no abandonar el cargo ni aceptar invitación alguna a un desempeño nuevo antes de que termine el periodo del cargo para el cual se postula. Es inadmisible la postura de que “por ahora sólo pienso en desempeñar el cargo…"

Los candidatos tendrían que ser claros al respecto a fin de que los votantes tomen en cuenta ese elemento para darle su voto o no.

Sólo avanzaremos en el camino de la sana administración pública y de la democracia si los candidatos se comprometen a terminar su mandato; esto refleja un alto sentido de la ética de la responsabilidad y con ello los candidatos serán confiables y dignos del cargo al que aspiran.

Esto traerá como consecuencia que la administración pública mejore y los programas y planes de trabajo, tengan amplias posibilidades de cumplirse.

Desde el texto de los ordenamientos internos de los partidos políticos o ante los precandidatos, se debería obligar a los precandidatos a manifestar si se comprometen en caso de ser candidatos y después electos a concluir el encargo o si dejan abierta la posibilidad de pedir licencia para ocupar otro puesto de elección.

Esta manifestación sería sin duda un elemento que los Partidos Políticos deberán tomar en cuenta en sus procesos internos de selección de candidatos.

De igual manera, una vez iniciadas las campañas electorales los votantes podrán tomar en cuenta este compromiso o su ausencia al momento de suscribir su voto. Se requieren ciudadanos interesados que no regalen su voto sin evaluar gestiones, trayectorias, plataformas y compromisos de responsabilidad.

¿Qué nos toca hacer para que las cosas mejoren? Simplemente acciones cotidianas, ya que no hay acción que sea pequeña en la búsqueda de un ejercicio pleno de la democracia. Los grandes muros se construyen ladrillo a ladrillo, cada uno puesto de la mejor manera posible. Nosotros estamos aquí con un ladrillo entre las manos. Contribuyamos todos juntos a la construcción de un mejor México. Ante los Chapulines... ¡no contaban con la astucia de todos!

¡Hasta la próxima!

Twitter: @jaime63c

Agradezco la colaboracion de Emma Luz y
Juan Francisco Calderón Domínguez..

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