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El éxodo de las organizaciones sociales de la izquierda

Desde los años 70s y sobre todo después de los sismos de 1985, han surgidos grupos sociales, movimientos políticos reivindicadores de demandas sociales fundamentales como son la vivienda y espacios para el autoempleo como es el comercio en vía pública, ante la incapacidad de la economía nacional de generar espacios laborales para grandes sectores de la población.

Asimismo, a raíz del proceso de democratización del país, con la alternancia del poder presidencial y doce años después con el retorno del PRI a Los Pinos, parecía que la transición largamente buscada generaría las bases del inicio de la ampliación de los canales de participación de la llamada sociedad civil y los grupos sociales en los procesos políticos.

En el caso de la naciente Ciudad de México, a la luz del paso de las últimas dos décadas, surgen grupos sociales algunos muy fuertes, particularmente en las delegaciones Cuauthémoc y Venustiano Carranza e Iztapalapa, que formaban parte de las organizaciones corporativas del PRI, pero que a partir de la alternancia en el gobierno local (1997) se incorporaron a la estructura territorial del movimiento del PRD y han sido la base de la fortaleza social de este partido, hasta la las elecciones del 2015, pero que se han ido alejando para sumarse a MORENA.

Organizaciones sociales como Los UNOS, Grupos Indígenas de la Morelos y otras importantes de las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Azcapotzalco, Iztapalapa, Iztacalco, Gustavo A. Madero, principalmente, que fortalecieron la estructura territorial y electoral del PRD están abandonando la organización desde la elección pasada y amenazan a abandonarla en los próximos días.

Dichas organizaciones que no necesariamente representan a grupos, sectores e intereses específicos, sino que responden a necesidades de los diversos grupos sociales como grupos marginados, organizaciones de comerciantes en vía pública, gestores de vivienda popular, mujeres, niños, etc.

A partir de la alternancia en el Distrito Federal (1997) y en el gobierno federal (2000 y 2012), los partidos PRD y el PAN, principalmente, promovieron una mayor participación social, e incluso utilizaron a las organizaciones civiles para aplicar los programas sociales y las políticas públicas.

Es decir, estas organizaciones civiles se manifiestan como expresiones e iniciativas autónomas en espacios que durante las siete décadas de la primera etapa de los gobiernos priistas no existían o que eran canalizadas a las instituciones de gobierno por las organizaciones corporativas de este partido.

Más aún, la actividad política absorbió a varios dirigentes de estas organizaciones, algunos se convirtieron en candidatos a puestos de elección popular que formaron la estructura político-electoral del PRD y otras organizaciones afines como el PT. Otros más formaron sus propios partidos como el Socialdemócrata, de Gilberto Rincón Gallardo, así como el Partido México-Posible y Alternativa Socialdemócrata y Campesina, encabezado por Patricia Mercado, actual Secretaria del Trabajo del GDF.

El declive del corporativismo partidario (PRI) y el clientelismo electoral (PRD) así como la incapacidad que ha mostrado la sociedad civil mexicana por sustituirlos con organizaciones más autónomas y representativas, han generado muchos movimientos locales y vecinales, pero estos movimientos han tenido poca capacidad para integrarse en redes y traducirse políticamente, principalmente porque las organizaciones civiles y los partidos políticos que existen no tienen la capacidad o el interés para incorporarlos.

Aunque es posible que esta última que generó una gran indignación generalizada no apunta hacia un nuevo tipo de acción política, ni tampoco representar ahora la posibilidad de constituir una alternativa de acción política.

Es por ello que al inicio de las campañas electorales de 2015 muchas de estas organizaciones civiles tienden a atomizarse y perderse en un escenario en el que las “alianzas partidistas electoreras” parecen formar un hoyo negro que amenaza con mediatizar, sino que hasta desparecer prácticamente la participación ciudadana organizada.

Manuel Avalos
Periodista con estudios en Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, con más de 30 años de trayectoria y experiencia laboral en medios como Radio Mil y Televisa, en Contenidos Educativos de Publicaciones y Bibliotecas de la SEP, como analista en medios en el antiguo DDF, y oficinas de comunicación en la Secretaría de Salud, Secretaria de Gobernación, en la Dirección de Información de la II Legislatura de la ALDF.

En el ámbito de la comunicación política, una amplia experiencia en campañas electorales, estrategia de medios y de asesoría en el manejo del discurso político.






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