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Una ciudad de "primera"

Se afirma con sarcasmo que nuestra querida Ciudad de México es una ciudad de “primera”, pero de primera velocidad, porque si metes la segunda serás infraccionado con multas severas. Qué bueno que nuestros gobernantes se preocupen por el medio ambiente y establecen políticas gubernamentales (que no públicas, porque no involucran a los ciudadanos) encaminadas a proteger el medio ambiente.

El problema reside en que dichas políticas han demostrado no ser las más adecuadas para la resolución del problema y sí se convierten en una carga administrativa y onerosa para la ciudadanía. Mucho se hablado del “engaño” del programa de verificación y de lo poco viable del reglamento de tránsito.

En la práctica, el ciudadano que posee un automóvil se convierte en presa fácil por un gobierno que viola las elementales reglas del debido proceso. Por ejemplo, una infracción es impuesta bajo procedimientos cuestionables y sin tener la oportunidad de defensa. En el momento en el que se pretende realizar la verificación vehicular o cualquier otro trámite, se informa de la existencia de presuntas multas por infracciones al reglamento de tránsito. Si no son pagadas, simplemente no puedes realizar el trámite deseado.

Si las infracciones nunca fueron notificadas y tener la oportunidad de defensa, esa es una situación que al servidor público no le interesa. La respuesta es que no es de su competencia. Lo que queda es una impugnación de carácter administrativo, retrasando el trámite pretendido y, en su caso, sujetándote a un procedimiento con pocas probabilidades de éxito.

Decía Maquiavelo que El Príncipe debía hacerse temer pero nunca odiar. Lo segundo ocurriría si se apropiaba de los recursos económicos de sus gobernados y soldados, así como también de robar o abusar de sus mujeres. ¡Ojalá y lo segundo nunca pase!


@NVS_

Néstor Vargas Solano
Es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública (UNAM). Tiene una Maestría en Gobierno y Asuntos Públicos (FLACSO) y la Especialización en Derecho Electoral (UNAM). Ha tomado diversos diplomados y seminarios.

Se ha desempeñado como investigador del Instituto Nacional de Administración Pública y como profesor de asignatura en la Universidad Iberoamericana ambos en el periodo 1996-1998; en 1999 ingresó al Instituto Electoral del Distrito Federal como Coordinador Distrital.
El 22 de diciembre de 2005 fue designado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal como Consejero Electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal.

Desde 2006 es catedrático honorario de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en las asignaturas: Sistema Electoral Mexicano, Introducción al Estudio del Derecho y Movimientos Sociales, Actores y Participación Política.

Es coautor de: La participación ciudadana en la reforma política del D. F, Centro de Estudios para la Reforma del Estado, No. 5 y 6, julio-diciembre, México 1998; Los números de propaganda electoral por televisión abierta, Revista Mexicana de Comunicación, No. 50, agosto-septiembre, México 1997.

Entre sus reconocimientos se encuentran:

  • Primer lugar del Servicio Profesional Electoral en la Evaluación Anual Integral 2002 y 2004 del Instituto Electoral del Distrito Federal.
  • Segundo lugar en el “Premio INAP” (1997), con la investigación: La participación de los ciudadanos en las políticas públicas. Apuntes para una democracia participativa en México.

A partir de la fecha en que tomó posesión como Consejero Electoral ha participado en diversas Comisiones y Comités del Consejo General. Actualmente es Presidente de la Comisión de Fiscalización.

Síguelo en Twitter: @nvs_

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