Una de las grandes conquistas de la izquierda en la capital en materia de derechos humanos y reproductivos de las mujeres, se logró hace casi siete años cuando la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó por mayoría modificaciones al Código Penal y a la Ley de Salud del DF que hicieron posible la despenalización del aborto -hasta la semana 12 de gestación- estableciendo con ello una legislación de avanzada dentro de un país mayoritariamente conservador.
Desde abril del 2007 hasta la fecha, la medida ha contribuido de manera significativa en la disminución de la tasa de mortalidad por abortos que antes eran practicados en la clandestinidad y los cuales representaban un alto riesgo para la salud de las mujeres, por mencionar un dato; antes de su aprobación, la Ciudad de México concentraba el 14% del total de muertes a nivel nacional por abortos mal practicados.
Las reformas incluían el compromiso del Gobierno del Distrito Federal en la promoción y aplicación políticas de carácter integral orientadas a la educación, capacitación y la prevención, además de ofrecer el servicio de interrupción legal del embarazo en instituciones públicas de salud, lo cual fue un logro que ubicó a nuestra Ciudad a la vanguardia tanto a nivel nacional cómo en toda América Latina en el derecho a decidir de las Mujeres.
Desde entonces y hasta la fecha, las medidas adoptadas han evitado la muerte de miles de mujeres, no sólo de aquellas que residen en el Distrito Federal. De acuerdo con datos del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), del total de interrupciones legales del embarazo que se realizan, el 73% tienen como lugar de residencia el Distrito Federal, el 23.6% son del Estado de México y el restante 3.4% provienen de otras entidades.
Recordar lo anterior resulta de gran importancia ya que recientemente el Partido Acción Nacional en el Distrito Federal, volvió a presentar una iniciativa para restringir los servicios de interrupción legal del embarazo para las mujeres que no residan en la capital y así quitar la opción a otras entidades. A nadie extraña que el PAN ha demostrado permanentemente una visión muy retrograda con respecto a la sexualidad y a los derechos fundamentales, razón que explica su baja presencia en la Ciudad de México que es una Ciudad cosmopolita.
Negar el derecho a la salud a las mujeres de otros estados es un asunto claramente discriminatorio, como si las mujeres de otras entidades no fueran iguales, aunque la interrupción del embarazo no se ha podido extender a otras entidades, la Ciudad de México ha sido una Ciudad solidaria con el resto del país y no tiene porque modificarse ese comportamiento.
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