DFinición

En esta administración parece que hay dos que simplemente no se entienden: la Procuraduría General de la República y el Poder Judicial. Parece un partido de futbol, y omitiremos los pensamientos de complot en los que el resultado puede estar arreglado, quedémonos con esta analogía sólo por aquello de unos salen y otros entran entre aplausos y abucheos, con un árbitro ciudadano incapaz de entender tan malas jugadas.

En el Distrito Federal nos han vendido, desde hace años, la idea de una Ciudad moderna, de vanguardia, en la que las grandes obras y las grandes acciones nos han llevado prácticamente a un paso de ser el sueño hecho realidad de los más grandes y emblemáticos novelistas de la ciencia ficción.

Tras la etiqueta de reformas progresistas se han aprobado varias iniciativas polémicas como la despenalización del aborto, aprobación de matrimonios entre personas del mismo sexo y ahora argumentan que para ampliar los derechos de los ciudadanos se debe aprobar la legalización de la marihuana.

Terminaron las campañas y es momento de cumplir con México, atrás quedan las promesas y las pausas, este país espera acciones contundentes y sobre todo, responsables.

Los funcionarios, representantes, gobernadores, los electos y los que ya se encuentran desempeñando su encargo tienen la tarea de demostrarle a los ciudadanos que la democracia tiene sentido, que no es únicamente la acción del voto sino el trabajo constante y los resultados.

El próximo domingo 7 de julio habrá elecciones en 14 entidades de la República Mexicana. Esta elección será una lección, para el partido que está al frente de la administración pública federal, para los partidos de oposición y para el electorado.

El poder lo tiene aún el ciudadano, pese a todas las trampas, las mañas y las viejas prácticas que los del nuevo rostro se ha sacado del sobrero y debajo de la manga, de donde también han se han fabricado químicos que más bien fueron alquimistas que hacen desaparecer recursos destinados al bienestar y desarrollo de los mexicanos.