Juventud, libertad, propia decisión...
Analicemos dos personajes ficticios: Mafalda y Peter Pan, ella con 51, el con 110 años. Vemos a Mafalda "niña concienzuda, rebelde, justa, preocupada por la paz en el mundo, la amante de los Beatles, no le gusta la sopa, trata asuntos del alma y hace preguntas incomodas y adultas"; y de Peter, el adolescente que le dicen, se niega a crecer, no desea compromisos y "salió volando por la ventana mientras sus padres dormían, porque les había oído hablar de las cosas que tenía que hacer cuando fuese adulto", sin embargo, en sus batallas supera al capitán de los piratas...
Coincidiremos que ambos protagonistas refieren diferentes perspectivas y rutas en sus historias de vida, ayudan al amigo en problemas, entre otros. Por sus argumentaciones reflexiono que destierran la idea: de que "la vida no tiene sentido y no vale la pena vivirla". Lo que sí creen y le apuestan es que el "sentido de vida uno se lo da, que le da significado, es lo que ayuda a dar soporte interno a la existencia".
El "sentido de vida", se define por los expertos como "la causa, la razón, el impulso para lograr lo deseado, es decir, lo que orienta y guía". Afirman que ser protagonista de la vida significa asumir la propia existencia y darle sentido a tu libre albedrio.
En este siglo XXI, a punto de cumplir sus quince años, algunos factores siempre vinculados, tales como el ambiente familiar, la escuela, los amigos etcétera, determinan en buena medida nuestras decisiones en la construcción exitosa o no de nuestra existencia. En una mirada rápida podríamos decir que:
a) La familia crea, cría, modela, alienta, detiene, brinda cariño, protege o sobre protege desde la cuna. Cuando la persona se desarrolla en un contexto familiar y social adverso, se sabe, que las posibilidades de reproducir conductas antisociales son altas.
b) La escuela, no tiene como meta preparar al individuo para delinquir, pero por las áreas de oportunidad en que se encuentra, en algunos casos pudiera es el factor detonador de ello. Por ejemplo, un alto porcentaje de personas con conductas delincuenciales en centros de reclusión presentan generalmente menor nivel escolar, no con un bajo coeficiente de inteligencia, al contrario muestran inteligencia destacada.
c) La socialización entre iguales con inclinación a la transgresión de normas legales es el mejor predictor básico de la delincuencia. Contexto, búsqueda de aceptación social, exploración de nueva experiencias, códigos singulares de grupo, entre otros, constituyen un sistema dinámico que transforma a favor o pervierte las capacidades del joven en su búsqueda natural de opciones a su respuesta a necesidades.
Los yerros por acciones delictivas se pagan. Cuando alguno de los componentes arriba mencionados, entre otros, tiene un quiebre, inhabilita a la libertad, uno de los valores fundamentales del sentido de vida, entrando en operación el sistema social alternativo -la cárcel- como uno de los destinos. Las estadísticas reflejan con datos duros que más del setenta por ciento de las personas internas en los reclusorios son jóvenes.
Reflexionemos sobre dos conceptos importantes: Cuerpo-Espacio y Cuerpo-Territorio, ello nos podría dar pistas para darle sentido a nuestra vida. Promovamos procesos para priorizar al "cuerpo como territorio" y jamás al "cuerpo como espacio" con sus imborrables inscripciones más allá del tatuaje físico.
Concluyendo, la familia y los amigos, representan en más del 80 por ciento la principal fuente de sentido en los jóvenes. Los expertos señalan que los significados se modifican a lo largo de la vida, cada individuo debe encontrar su propia respuesta... y ante un vacío existencial (cuando la persona no trasciende su vida cotidiana) incorporar un proyecto de vida, que proporcione sentido. Cada grupo etareo tiene sus neurosis y psicoterapia.
@hazaelruizo