¿Democracia excesiva?
En días recientes, en diversas entidades, incluida la Capital de nuestro país, han tenido lugar diversos ejercicios de democracia directa o participación ciudadana. Robert Dahl, teórico de la democracia, sostenía en su libro La Democracia y sus Críticos, que “siempre habría lugar para más democracia”.
Lo anterior, amén de sonar como una inspiradora frase que se refiere a abrir espacios de discusión y deliberación donde antes no los había y/o potenciar los existentes, es un tema que en nuestro país ha cobrado un nuevo significado (como ocurre casi con todo).
- Añadir nuevo comentario
- Leer más
Democracia excesiva?
En días recientes, en diversas entidades, incluida la Capital de nuestro país, han tenido lugar diversos ejercicios de democracia directa o participación ciudadana. Robert Dahl, teórico de la democracia, sostenía en su libro La Democracia y sus Críticos, que “siempre habría lugar para más democracia”.
Lo anterior, amén de sonar como una inspiradora frase que se refiere a abrir espacios de discusión y deliberación donde antes no los había y/o potenciar los existentes, es un tema que en nuestro país ha cobrado un nuevo significado (como ocurre casi con todo).
- Añadir nuevo comentario
- Leer más
Incongruencias y huecos en la responsabilidad
Muchas, incluida la del suscrito, han sido las voces que desde la presentación del proyecto de Constitución de la Ciudad de México, se han manifestado en torno a la misma tachándola de todo. Desde utópica hasta irreal. Desde programática hasta aspiracional. Desde poética hasta irreal.
Y es que el problema no radica en una Carta de Derechos, con una estructura codificada que en mucho pretende emular estructuras anglosajonas de corte medieval. El problema más allá del operativo, es el de tener que administrar justicia y procurarla, con base en principios y conceptos que tampoco, como muchos, encontrarán referente o asidero alguno en la Constitución Federal.
Tomemos en materia de responsabilidades de servidores públicos y meramente como ejemplo, los principios de (i) ejercicio ético, (ii) austero y (iii) racional que como rectores de la función pública, se establecen de manera expresa en la Constitución de la CDMX (Vid. art. 5).
Aspiraciones constitucionales y la posibilidad de que la letra muera
En esta ocasión, quiero ocuparme de la revisión de un contenido que ha llamado mi atención de modo especial de entre los incluidos en el proyecto de Constitución de la Ciudad de México, presentado a la Asamblea Constituyente, el 15 de septiembre anterior por parte del Jefe de Gobierno.
Y es que la Ciudad de México contará por lo visto, con un Tribunal Constitucional que fungirá como máximo tribunal local en materia de interpretación de la Constitución local y a quien se le encomienda garantizar la defensa, integridad y supremacía de la misma, sin perjuicio de lo previsto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En otras palabras, este Tribunal Constitucional, cuya existencia se plantea, será el órgano encargado de velar por los derechos constitucionales de los capitalinos.
- « primera
- ‹ anterior
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
- 6
- 7
- siguiente ›
- última »