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Ciudadano tras el espejo

Por Marcos Joel Perea Arellano

¿Democracia excesiva?

En días recientes, en diversas entidades, incluida la Capital de nuestro país, han tenido lugar diversos ejercicios de democracia directa o participación ciudadana. Robert Dahl, teórico de la democracia, sostenía en su libro La Democracia y sus Críticos, que “siempre habría lugar para más democracia”.

Lo anterior, amén de sonar como una inspiradora frase que se refiere a abrir espacios de discusión y deliberación donde antes no los había y/o potenciar los existentes, es un tema que en nuestro país ha cobrado un nuevo significado (como ocurre casi con todo).

Democracia excesiva?

En días recientes, en diversas entidades, incluida la Capital de nuestro país, han tenido lugar diversos ejercicios de democracia directa o participación ciudadana. Robert Dahl, teórico de la democracia, sostenía en su libro La Democracia y sus Críticos, que “siempre habría lugar para más democracia”.

Lo anterior, amén de sonar como una inspiradora frase que se refiere a abrir espacios de discusión y deliberación donde antes no los había y/o potenciar los existentes, es un tema que en nuestro país ha cobrado un nuevo significado (como ocurre casi con todo).

Incongruencias y huecos en la responsabilidad

Muchas, incluida la del suscrito, han sido las voces que desde la presentación del proyecto de Constitución de la Ciudad de México, se han manifestado en torno a la misma tachándola de todo. Desde utópica hasta irreal. Desde programática hasta aspiracional. Desde poética hasta irreal.

Y es que el problema no radica en una Carta de Derechos, con una estructura codificada que en mucho pretende emular estructuras anglosajonas de corte medieval. El problema más allá del operativo, es el de tener que administrar justicia y procurarla, con base en principios y conceptos que tampoco, como muchos, encontrarán referente o asidero alguno en la Constitución Federal.

Tomemos en materia de responsabilidades de servidores públicos y meramente como ejemplo, los principios de (i) ejercicio ético, (ii) austero y (iii) racional que como rectores de la función pública, se establecen de manera expresa en la Constitución de la CDMX (Vid. art. 5).

Aspiraciones constitucionales y la posibilidad de que la letra muera

En esta ocasión, quiero ocuparme de la revisión de un contenido que ha llamado mi atención de modo especial de entre los incluidos en el proyecto de Constitución de la Ciudad de México, presentado a la Asamblea Constituyente, el 15 de septiembre anterior por parte del Jefe de Gobierno.

Y es que la Ciudad de México contará por lo visto, con un Tribunal Constitucional que fungirá como máximo tribunal local en materia de interpretación de la Constitución local y a quien se le encomienda garantizar la defensa, integridad y supremacía de la misma, sin perjuicio de lo previsto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En otras palabras, este Tribunal Constitucional, cuya existencia se plantea, será el órgano encargado de velar por los derechos constitucionales de los capitalinos.

Mtro. Marcos Joel Perea Arellano

Abogado por el ITAM (Summa Cum Laude; 2001). Egresado del Colegio Alemán Alexander von Humboldt.

Diplomado en Parlamentos, Democracia e Integración, por la Organización de Estados Americanos (OEA), el ITAM, State University of New York y el Parlamento Centroamericano.

Mtro. en Ciencia Política por The University of Birmingham, Inglaterra (Becario de excelencia del Gobierno Británico bajo el esquema British Council Chevening Scholarships del 2002 al 2003 énfasis en políticas públicas sociales, diseño institucional, análisis político, teoría democrática, teorías de justicia e historia de las ideas).

Colaboró en la Secretaría de la Función Pública federal como Titular de las Áreas de Responsabilidades y Quejas en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2007-2008); Director de Responsabilidades Zona Norte en la Secretaría de Educación Pública (2008-2009); Titular del Área de Quejas en la Secretaría de Educación Pública (2009-2010) y Titular de las Áreas de Responsabilidades y Quejas en el Instituto Mexicano del Petróleo (2010-2012).

Actividades Académicas. Ha impartido cátedra de Teoría Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el ITAM de derecho empresarial a nivel licenciatura. A nivel Posgrado, ha impartido el módulo de Procedimiento de Responsabilidades Administrativas en el Diplomado respectivo, tema respecto del cual, realiza investigación independiente y ha sido ponente en diversos foros federales y locales a invitación de instituciones públicas y privadas. Desde enero de 2015 es catedrático en la Universidad Anáhuac (Campus México Sur) de la asignatura de Evolución de los Sistemas Jurídicos.

Actualmente, es asesor jurídico-político del Consejero Electoral Lezama Barreda en el Instituto Electoral del D.F.; abogado litigante y consultor en derecho administrativo disciplinario, estrategias digitales de candidatos y vinculación ciudadana.

Síguelo en Twitter:@MJPereaA

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