No acostumbro a escribir mis columnas sobre mi estado de ánimo, pero la necesidad de trasmitir lo que han significado tantos acontecimientos que invadieron de tristeza, e indignación nuestras vidas y, que han marcado este año me hace reflexionar sobre ̈los buenos deseos para 2015 ̈.
Los deseos podemos definirlos como un sentimiento intenso para lograr o conseguir algo ,y hoy significa para mi que el 2015, además de ser un año nuevo, debe ser también bueno, que todas y todos podamos abrir las puertas a la justicia y a la equidad para poder tener la oportunidad de mantener la paz, y encontrar verdad.
No podemos ni debemos olvidar, ni negar la evidente crisis que hoy padecemos por la indiferencia de las instituciones o, en el mejor de los casos por ignorancia, lo que bajo ningún contexto se justifica, ni tampoco debemos permitir que escape de la responsabilidad que implica, por ello hagamos uso de una herramienta por demás valiosa que es la memoria y la lucha contra la impunidad para contribuir en la construcción de conciencia y en mecanismos que prevengan que se repitan violaciones a nuestros derechos humanos.
Hoy estamos a prueba, sí y me sumo a esta afirmación porque debemos demostrar de qué estamos hechas y hechos, y qué es lo que realmente queremos para nuestro país y trabajar en ello.
Reconozco los movimientos sociales con la valiosa participación de las organizaciones de la sociedad civil quienes han demostrado que con pasos firmes y decididos se guía una batalla, una lucha y protesta sin violencia para la búsqueda de la justicia y la paz, admirable es su solidaridad, su incidencia y conciencia por el respeto a los derechos humanos de tantas personas.
Y vuelvo al punto de partida, de pronto sí tenemos que detenernos y hacer de nuestros deseos de fin de año más que frases fabricadas o huecas como tantos y tantos discursos que a diario escuchamos o leemos, hacer que nuestras preocupaciones se conviertan en ocupaciones, en acciones eficaces para combatir la impunidad, la intolerancia, y el abuso del poder.
Lo anterior, desde luego con firmeza y plena convicción para transformar la violencia a través de la bandera del respeto a la dignidad humana.
Hoy tenemos muchos motivos de luz para desear justicia, verdad y paz.
Respeto absoluto a los derechos humanos de todas las personas para su pleno ejercicio... mis deseos para 2015.
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Felicidades! Y muy buenos
Felicidades! Y muy buenos deseos.