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17/06/2012
El pasado jueves 14, cuatro proyectos a los que debe ponerse atención,
TEDxCentroHistórico (@TEDxCH), Pase Usted (@paseusted), Toxico (@ToxicoCultura) y Acciones DF (@AccionesDF) organizaron el Foro: Ciudad de México: Ciudad Posible. En un formato ágil, los ponentes, entre quienes se encontraba el Dr. Miguel Ángel Mancera, expusieron distintos proyectos y propuestas para hacer de la Ciudad de México un mejor espacio para vivir.
Una exposición en especial llamó mi atención, no sólo porque conozco la calidad de Juan Pardinas, Director General del Instituto Mexicano para la Competitividad, sino por la tentadora invitación que nos hizo a los asistentes, en especial al candidato de las izquierdas a la Jefatura de Gobierno.
Pardinas sugirió el cobro de un impuesto de un peso por cada litro de gasolina en el Distrito Federal, lo anterior lograría una recaudación aproximada de 50 millones de pesos diarios, que podrían destinarse a ampliar la red de transporte público, específicamente a la construcción de otra línea de Metro o de más líneas del Metrobús. De acuerdo a las cifras de Pardinas, podrían obtenerse a través de este impuesto 18 mil millones de pesos adicionales cada año, un incremento cercano al 15% del total del Presupuesto de Egresos de la Ciudad.
La propuesta de Pardinas nos remite directamente a los Impuestos Especiales Sobre Producción y Servicios, mejor conocidos como IEPS, mismos que se pagan por la producción o venta de gasolinas, bebidas alcohólicas, cerveza, cigarros, puros, entre otros bienes. En la actualidad sólo el Gobierno Federal hace uso de esta facultad tributaria, que por lo demás representa una fuente extraordinaria de ingresos para la Secretaría de Hacienda, y sobra decir que en muchas democracias modernas se valen de éstos para hacer frente a diversos problemas públicos.
Lo novedoso de la propuesta en cuestión es que el Director General del IMCO invita a las entidades federativas, en particular al Distrito Federal, a hacer uso de esta facultad tributaria. No es un debate nuevo, algunas organizaciones que trabajan en favor de la salud pública como la Fundación Interamericana del Corazón (@FICMexico) y la Fundación Mídete (@fundacionmidete) han exhortado a Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del DF y a otros gobernadores, a impulsar IEPS locales a los cigarros, a los refrescos y/o a los establecimientos de comida rápida.
Podría pensarse que es un tema nuevo, pero no lo es. Tras el terremoto de 1985, el entonces Departamento del Distrito Federal se valió de un impuesto especial a las gasolinas de 1986 a 1988 para acelerar la reconstrucción de la Ciudad, severamente dañada por el referido terremoto. En aquella ocasión se elevó, con carácter temporal, de 21.5% a 25% el porcentaje del impuesto, experiencia que refuerza la viabilidad de la propuesta de Pardinas.
Otro elemento para destacar las virtudes de la propuesta en cuestión, es lo que sucede en los Estados Unidos. Ciudades como Nueva York o Los Ángeles han impulsado medidas tributarias de este tipo, sobre todo en temas asociados a la salud pública. Esto es especialmente relevante porque en materia de salud, la recaudación de los IEPS al tabaco o al alcohol es federal, pero la atención de las enfermedades asociadas a su consumo es una responsabilidad local.
Si bien podría argumentarse que un impuesto adicional a las gasolinas es regresivo, es claro que la mejor manera de generar un beneficio progresivo, es justamente lo que se plantea, invertir en infraestructura y lograr en el mediano plazo que el transporte público se convierta en un sustituto perfecto del automóvil.
La propuesta de Juan Pardinas es una extraordinaria invitación a explorar nuevos mecanismos de recaudación y por tanto de financiamiento para proyectos prioritarios de cualquier Gobierno, como lo son la salud y transporte públicos.
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