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¿El peatón es el rey?

La Ciudad de México es una de las pocas entidades que ha establecido una norma específica que regula uno de los aspectos más importantes de toda metrópoli: la movilidad. Lo anterior implica no solamente poner la atención sobre la demanda de viajes que requiere una población compleja, cada vez más creciente y que demanda empleos, vivienda y acceso a educación, cultura y comercio, cada vez más distanciados entre sí; sino que también supone la oferta y el mantenimiento de infraestructura vial de avenidas y calles, así como los múltiples servicios que se utilizan para realizar los viajes; desde el auto particular, el transporte público de mediana y gran capacidad, los autobuses, el metro y el transporte concesionado de taxis y microbuses.

La Ley de Movilidad del Distrito Federal publicada en la Gaceta Oficial el 14 de julio de 2014 establece un orden de prioridad de los usuarios considerando su vulnerabilidad y las externalidades que genera cada modo de transporte y su contribución a la productividad. Así, afirma que el peatón es lo más importante, especialmente las personas con discapacidad y con movilidad limitada; seguido de ciclistas, usuarios y prestadores del servicio de transporte público de pasajeros, prestadores del servicio de carga y distribución de mercancías y usuarios de transporte particular automotor.

Sin embargo observamos cómo las políticas públicas más destacadas se enfocan hacia el uso del automóvil y no hacia la protección del peatón. Harían falta, entre otras medidas, la adecuación de avenidas y calles con infraestructura que facilite la circulación peatonal y de los ciclistas en toda la ciudad y no limitarse al centro histórico. Particularmente se hace necesaria la generación de una cultura de protección y fortalecimiento del no uso del automóvil. Situación que estamos lejos de visualizar.


@NVS

Néstor Vargas Solano
Es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública (UNAM). Tiene una Maestría en Gobierno y Asuntos Públicos (FLACSO) y la Especialización en Derecho Electoral (UNAM). Ha tomado diversos diplomados y seminarios.

Se ha desempeñado como investigador del Instituto Nacional de Administración Pública y como profesor de asignatura en la Universidad Iberoamericana ambos en el periodo 1996-1998; en 1999 ingresó al Instituto Electoral del Distrito Federal como Coordinador Distrital.
El 22 de diciembre de 2005 fue designado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal como Consejero Electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal.

Desde 2006 es catedrático honorario de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en las asignaturas: Sistema Electoral Mexicano, Introducción al Estudio del Derecho y Movimientos Sociales, Actores y Participación Política.

Es coautor de: La participación ciudadana en la reforma política del D. F, Centro de Estudios para la Reforma del Estado, No. 5 y 6, julio-diciembre, México 1998; Los números de propaganda electoral por televisión abierta, Revista Mexicana de Comunicación, No. 50, agosto-septiembre, México 1997.

Entre sus reconocimientos se encuentran:

  • Primer lugar del Servicio Profesional Electoral en la Evaluación Anual Integral 2002 y 2004 del Instituto Electoral del Distrito Federal.
  • Segundo lugar en el “Premio INAP” (1997), con la investigación: La participación de los ciudadanos en las políticas públicas. Apuntes para una democracia participativa en México.

A partir de la fecha en que tomó posesión como Consejero Electoral ha participado en diversas Comisiones y Comités del Consejo General. Actualmente es Presidente de la Comisión de Fiscalización.

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