El sentido de nuestras palabras conllevan a contribuir o a obstaculizar la promoción, el respeto a nuestra dignidad y el ejercicio de derechos humanos.
Dicho en estos términos, la forma en que nos comunicamos, el uso de nuestro lenguaje y el cómo transmitimos nuestras ideas tiene consecuencias, más de las que nos hemos detenido a pensar, y es que es una muestra clara de nuestra forma de pensar de ser y sentir.
Es por lo anterior, que al comunicar o informar debemos hacer un esfuerzo permanente y aportar en la promoción al respeto de los derechos humanos, manteniendo una perspectiva inclusiva a la diversidad y usar en todo momento un lenguaje que contribuya a fortalecer una sociedad respetuosa y tolerante que reconozca la igualdad, la equidad de género, y que permita contar con las herramientas para la construcción de una cultura de paz.
El trabajo de comunicación forma parte central de los derechos humanos, a través de una difusión estratégica y accesible para todas y todos con el fin de promover en su contenido actitudes positivas de promoción de valores.
Es así, como los medios de comunicación tienen un poder fundamental en las sociedades y siempre serán una herramienta fundamental de consolidación, promoción, difusión de nuestros derechos ya que son protagonistas de los mismos al participar activamente en nuestra vida en sociedad y contribuyen en la consolidación de todo Estado de Derecho.
Tenemos el deber de ser responsables de lo que comunicamos y cómo lo hacemos, ser sensibles para incidir con palabras y con acciones para ejercer libremente nuestros derechos.
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CREO DESDE EL INICIO DE
CREO DESDE EL INICIO DE NUESTRA EDUCACIÓN DEBERÍA DE IMPARTIRSE O ENSEÑARSE LA FORMA Y MODO DE COMUNICACIÓN CON PERSPECTIVA SIN LA INTENCIÓN DE OFENDER O DISCRIMINAR, Y ENSEÑAR A SER MAS SENSIBLES AL MOMENTO DE COMUNICARNOS.